El sueño es totalmente imprescindible para mantener un perfecto equilibrio físico y psíquico, y hacer frente a los trabajos del día a día. Su función es la de restaurar y recuperar las funciones cerebrales, conservar las energías y proteger al sistema inmune.

Todos pasamos una mala noche de vez en cuando, pero si este problema persiste más de tres semanas esto tiene un nombre: INSOMNIO.

Si no dormimos, aparece la somnolencia diurna, el malestar general, se pierden la concentración y la memoria, disminuye el estado de alerta, aumenta la irritabilidad e incluso puede llegar a aparecer la depresión.

El insomnio no es una enfermedad en sí, es más bien un síntoma de otra cosa. Casi todos lo sufrimos de forma transitoria por estrés, un problema familiar, los cambios horarios, el turno laboral, los miedos, las preocupaciones... Además las mujeres son dos veces más propensas a padecer trastornos de sueño ya que hay trastornos asociados al ciclo menstrual, embarazo y lactancia, o menopausia.

También se va modificando el sueño a medida que envejecemos, el sueño se va haciendo más frágil y ligero.

Existen diferentes tipos de insomnio: el insomnio transitorio, el insomnio de corto plazo y el insomnio crónico.

Una persona que tiene algún trastorno del sueño, suele tener estos síntomas:

  • Se despierta con frecuencia
  • Tiene problemas para volver a dormirse
  • No tiene un sueño reparador
  • Sensación de no haber descansado.

Entre los factores que impiden dormir bien encontramos los siguientes: propensión al insomnio, estrés continuado, empleo de estimulantes como el café o la nicotina, tomar alcohol, vida sedentaria, desórdenes respiratorios, mala digestión, enfermedades dolorosas como la artritis, dolor de espalda, cefaleas o uso inadecuado de píldoras para dormir.

Consejos para dormir mejor:

  • Procura acostarte y levantarte a la misma hora.
  • No duermas durante el día.
  • Limita el tiempo en la cama si no duerme.
  • Haz ejercicio a diario, pero nunca antes de acostarte.
  • Evita cenas abundantes ni te acuestes con hambre.
  • No fumes.
  • Toma cafeína sólo por la mañana.
  • No tomes alcohol al menos cuatro horas antes de acostarse.
  • Mantén tu habitación en condiciones óptimas para dormir (sin ruido, luz, temperatura muy alta o muy baja…)
  • Un baño caliente antes de dormir ayuda a conciliar el sueño.
  • Orina antes de acostarte.
  • Intenta llevar a cabo una actividad que te relaje, como escuchar música suave o leer.
  • Consulta con tu médico si tomas medicamentos y pudieran interferir en el sueño.

Además de estos consejos, son muy eficaces las terapias naturales como la aromatepia, fitoterapia, homeopatía, hidroterapia o curas de balneoterapia.

Dormir es una necesidad fisiológica, y dormir bien es fundamental. Pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo y la forma en que lo hacemos afectará totalmente a nuestra vida. Dormir bien es tan necesario como comer o respirar. ¡Que duermas bien! Buenas noches









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