Los llamados vulgarmente "dolores de cabeza" afectan o han afectado a gran parte de la población, especialmente a las mujeres, en la parte central de su vida. (Esto se debe a la influencia de las hormonas femeninas y sus cambios en nuestra fisiología)

Muchas personas se quejan a menudo de sufrirlos, pero tenemos que saber qué tipo de dolor es antes de intentar ponerle remedio. No es lo mismo un dolor leve, pero molesto, que desaparece con un analgésico corriente como la aspirina, que una jaqueca incapacitante, que deja al paciente postrado en cama y sin poder hacer sus tareas cotidianas.

Hoy los médicos prefieren la palabra "migraña" para referirse a la popular "jaqueca". Este nombre proviene del que utilizaron antiguos médicos griegos como Galeno, que la denominó "Hemikranea" para explicar que esa dolencia se situaba en la mitad (hemi) del cráneo, es decir, que el dolor se suele situar en la parte izquierda o derecha de la cara, frecuentemente encima de la órbita ocular.

Aunque no es peligrosa, sus síntomas son muy molestos: dolor pulsátil (a veces acompañado de sensaciones ópticas como luces destellantes), aversión a los ruidos y la luz, náuseas, vómitos, etc...

Hace ya más de un siglo que se descubrió que esto ocurre porque los vasos sanguíneos de nuestra cabeza se contraen y que al dilatarse después (vasodilatación) comienza el dolor.

Aunque no existe un remedio definitivo para este mal, sí es cierto que ha habido avances neurológicos importantes en las últimas décadas: tratamientos con distintos fármacos que hay que tomar a lo largo de meses, investigaciones sobre la influencia de algunos alimentos en el dolor, analgésicos específicos para cada caso, etc. En cualquier caso es indispensable consultar con un buen especialista.

La cefalea es una palabra que abarca muchos tipos de dolores de cabeza, aunque algunas personas la usan en sustitución de "migraña". La más corriente suele ser la originada por el estrés y las tensiones diarias, y por eso los médicos la adjetivan como "tensional". A causa del estrés los vasos sanguíneos se contraen y es frecuente que el dolor empiece afectando a la nuca, desde donde va subiendo a la cabeza.

De ahí que tantas personas se hagan conscientes de la importancia del saber relajarse y tomarse los problemas cotidianos con tranquilidad. Terapias naturales como el yoga, la meditación, los masajes... son cada vez más demandados hoy en día, especialmente en las grandes ciudades donde a la tensión del trabajo, la familia y tantas cosas, se le añade el tráfico, los ruidos constantes, las luces artificiales, etc.

En este sentido hay que recordar que una alimentación sana, 8 horas de sueño, prescindir de excitantes (café, alcohol, tabaco…) y hacer ejercicio diario, nos pueden ayudar a paliar este tipo de dolor.









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