El uso de protectores solares es básico para cuidar nuestra piel durante todo el año.

La exposición solar, entre otros, el envejecimiento. El fotoenvejecimiento se caracteriza por un aumento de la melanina a nivel cutáneo, pérdida de firmeza y aparición de arrugas y arruguitas.

Desde la firma resaltan que el 80% de los signos visibles de la edad son debidos a los rayos UV y que el 70% de las mujeres de más de 35 años declaran tener arrugas.

En Avène, proponen una amplia gama de fotoprotectores de amplio espectro, estables en el tiempo, con un complejo antioxidante para luchar contra los temidos radicales libres y enriquecidos en Agua termal de Avene que calma la piel.

Si hablamos de los niños son aún más susceptibles que los adultos a las radiaciones solares, de ahí la importancia de la elección de un protector solar infantil adecuado. La elección del fotoprotector dependerá del tipo de piel, la edad de quien lo vaya a aplicar, el formato que más convenga o la actividad que se vaya a realizar.

La gama de solares:

  • Fluido Sport SPF 50+ Eau Thermale Avène: muy alta protección, específica para actividades deportivas
  • Aqua Urban SPF 50+ Galénic: escudo protector SPF50+, frente a la contaminación y los rayos UV.
  • A-Derma Protect Fluido Invisible Spf 50+ A-Derma: muy alta protección de absorción ultrarrápida y tacto seco.
  • B-Protect Spf 50+ Eau Thermale Avène: formula 3 en 1, anti UV, polución y embellecedor.

  • Melascreen Uv Spf 50+ Ducray: fotoprotector eficaz sobre las manchas oscuras y el foto-envejecimiento.

  • Crema Solar Sublime Spf 50+ Klorane: muy alta protección, con acabado luminoso, formulado con Monoï y aceite de Tamanu Bio.
Además de provocar cáncer de piel, la exposición a la radiación solar precipita y agrava el envejecimiento.

Pierre Fabre nace el Tarn, en el corazón de Occitania. Pierre Fabre, farmacéutico y botánico, compra una farmacia situada en Castres, su ciudad natal. Así escribe, sin saberlo, las primeras líneas de una historia de éxito empresarial, científico y humano.

En 2015, el grupo Pierre Fabre firma un acuerdo de colaboración mundial con Array BioPharma, una empresa de biotecnología estadounidense con base en Boulder, Colorado. Objetivo: desarrollar y comercializar una terapia dirigida en oncología, asociando dos moléculas de nueva generación.









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