La Oxigenoterapia consiste en la inhalación de oxígeno ionizado (durante un tiempo determinado y con una dosificación controlada), y en la toma de agua enriquecida con oxígeno.

  • Con la inhalación se consigue que llegue un mayor contenido de oxígeno a la sangre y por extensión a las células, realizando una importante labor nutricia y regenerativa.
  • Con la ingestión de agua enriquecida se obtiene una depuración profunda de nuestro organismo.

Es un tratamiento nuevo que sirve para tratar afecciones cardiovasculares, de las vías respiratorias y de pulmón o gastrointestinales de la persona, así como para aumentar la capacidad pulmonar y energética y regenerar el organismo.

Hemos oído hablar de la terapia de oxígeno en los medios de comunicación, ya que hace unos años reconocidos deportistas de élite, destacaban las virtudes de aspirar oxígeno para aumentar el rendimiento físico y el bienestar corporal y mental. El tratamiento consiguió además gran popularidad en Alemania por demostrarse eficaz en trastornos cardiovasculares, afecciones del pulmón y de las vías respiratorias, o problemas gastrointestinales.

Muchos casos de pacientes de asma alérgica por ejemplo, han conseguido mejorar notablemente su cuadro asmático.

El terapeuta debe ser un profesional dedicado a la salud, que haya realizado una formación muy específica para aplicar la terapia con oxígeno.

Una sesión de Oxigenoterapia

-Tras abrir una historia clínica con los aspectos básicos de su enfermedad, el terapeuta le toma la presión arterial y le realiza un test cutáneo que le permitirá saber qué capacidad de oxígeno puede inhalar por sesión.

-Posteriormente le invita a pasar a una cabina de vapor a base de gas carbónico, ozono y oxígeno ionizado (la cabeza permanece destapada), donde podrá eliminar toxinas y mejorar así su reducida capacidad de aspiración.

-Tras el baño de vapor, que dura unos 30 minutos aproximadamente, beberá dos vasos de agua enriquecida con oxígeno, que realiza una limpieza profunda del intestino, similar a una hidroterapia de colon, y tomará un combinado de vitaminas que le ayudarán a absorber mejor el oxígeno que inhalará después.

-Finalmente, le pasaran a una cinta rodante para correr y el terapeuta le colocará una mascarilla de oxígeno ionizado para realizar aspiraciones durante 20 minutos, a razón de 4 litros por minuto, mientras camina por la cinta. De esta forma, al estar en movimiento, el gas penetra mejor en los tejidos.

-En algunas ocasiones también se puede nadar en la piscina con oxígeno de que disponen algunos centros, para estimular la circulación sanguínea y relajarse con los chorros.

Las sesiones necesarias dependen del problema. De todos modos, los expertos no recomiendan más de 18 sesiones continuas.

Sin contraindicaciones: Este tratamiento no cuenta con ninguna contraindicación. «Lo máximo que puede ocurrir es que al levantarse del sillón de forma brusca tras la aspiración alguna persona sienta un leve mareo que remite enseguida», explican los expertos.

La Ciencia avanza, las terapias mejoran y nuestro conocimiento aumenta cada día. Todo en pos de un futuro mejor y personas más sanas y felices. Y se seguirá avanzando.









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