En 1983, Ana Fridda Dorsch, madre de ocho hijos, inició la búsqueda de una solución para el envejecimiento prematuro que una enfermedad rara provocaba en su piel.

Con una visión pionera, materializó a través de sus primeras creaciones, y que se convirtió no solo en su razón de ser y la de su familia, también en la de toda una compañía.

Farma Dorsch se construyó desde la empatía, pero también desde una inquietud que motivaba a Ana Fridda Dorsch a saber más y más sobre la piel y sus cuidados.

Nacía así una completa línea antienvejecimiento basada en ingredientes limpios, eficaces y seguros. Hoy, 40 años después, esta empresa sigue siendo 100% española, familiar y liderada por mujeres.

Coral, Isabel y Sonia Márquez Dorsch -CEO, Directora de Producción e I+D y Directora de Comunicación y Ventas respectivamente-, han sabido mantener intacto el legado de su madre.

Farma Dorsch se construyó desde la empatía, pero también desde una inquietud que motivaba a esta pionera a saber más y más sobre la piel y sus cuidados, por los últimos avances y todo ello desde el convencimiento del poder de los activos naturales para mejorar la salud de las personas, la autoexigencia y el respeto por el entorno que nos rodea.

Movida por su espíritu luchador e innovador, los laboratorios siguen sigue evolucionando con una renovada imagen y nuevas fórmulas que los sitúan más cerca todavía de las personas. Se basan en una cosmética eficaz pero también respetuosa con la piel y el cabello, investigada, desarrollada y testada en sus propios laboratorios y que cuenta con las certificaciones y controles de calidad más exigentes.

En su historia, destaca que, a principios de los 90, introduce filtros solares en sus cremas de tratamiento, algo que hasta el momento era desconocido.

Con el cambio de siglo, la firma española se adelanta al movimiento de sostenibilidad y empieza a formular sin siliconas y con microesferas biodegradables. También tuvo que explicar qué eran las células madre y los factores de crecimiento epitelial.

"Agradecemos a la naturaleza todo lo que nos da con una forma de hacer responsable. Creamos productos sostenibles que respetan el entorno", exponen desde Farma Dorsch.

Ya en 2009, Farma Dorsch desarrolla el primer nutricéutico desarrollado en colaboración con expertos dermatólogos de la Academia de Dermatológia, nacía Sambhala.

Sus responsables exponen que: "Creemos en la salud porque somos dermocosmética al servicio del bienestar físico y mental de las personas. Creamos la cosmética más segura con las certificaciones y controles de calidad más exigentes".

Y en la sostenibilidad, “porque agradecemos a la naturaleza todo lo que nos da con una forma de hacer responsable. Creamos productos sostenibles que respetan el entorno".









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