Tenemos magnesio repartido por todo nuestro cuerpo: tanto en el en el esqueleto, como en órganos tan importantes como son el cerebro, el hígado o el corazón y sin él fallarían muchas funciones relativas a los músculos o el sistema nervioso.

Es por esto que se debe vigilar el nivel de magnesio de nuestro organismo. Si no es el adecuado, no debemos preocuparnos ya que, afortunadamente, el remedio está a nuestro alcance, es fácil de encontrar y muy asequible:

  • Está presente en numerosos alimentos como cereales integrales, cacao, legumbres, hortalizas de hoja verde, plátanos, germen de trigo...
  • Además podemos comprarlo como suplemento alimenticio en farmacias y herbolarios, siempre bajo el consejo del médico o farmacéutico. (Si se toma en cápsulas hay que hacerlo antes de las comidas para no interferir con las vitaminas que vamos a ingerir después.

En sus orígenes, empezó a usarse como laxante suave, ya que combate el estreñimiento y es muy eficaz contra náuseas y vómitos. Poco a poco se fueron encontrando otras propiedades: previene el envejecimiento de huesos y articulaciones y, de paso, la temida osteoporosis.

Además reduce la ansiedad, porque al relajar los músculos de forma natural actúa como tranquilizante y esto conduce a reducir los nervios y favorecer el sueño; evita los calambres, convulsiones, el “síndrome de piernas inquietas” (enfermedad que consiste en la imposibilidad de la persona para dormir y descansar porque sus piernas se mueven constantemente) y es muy eficaz contra los dolores y la hinchazón premenstrual.

Por eso, aunque se recomienda en casos graves como el alcoholismo, cirrosis o a personas que no ingieren verduras frescas ni fruta, su consumo se suele indicar y es más eficaz, para deportistas, diabéticos, fumadores o personas que hacen dieta.

Pero sobre todo, es muy beneficioso para las mujeres:

  1. En la juventud y primera madurez porque calma las molestias premenstruales (hinchazón, dolor de mamas, cefaleas, etc.
  2. Durante el embarazo, porque evita las molestias de los calambres nocturnos y ayuda a no perder calcio.
  3. En la menopausia, porque a favorece la regulación y fijación del calcio.

Y si además lo tomamos con Vitamina E, ¡es una inyección de energía para nuestra mente y nuestro cuerpo!









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