Aromaterapia científica, formulaciones con fundamento

La banalización del término y los malos usos de la aromaterapia por parte de muchos ha provocado que, en ocasiones, no se le dé la importancia que merece a esta ciencia y haya cierto desconocimiento y falsas ideas sobre ella.

Hoy hemos decidido revisar los fundamentos y la base científica de la aromaterapia. Conoceremos tanto parte de su historia como de sus ingredientes y resultados en salud y belleza.

Para ello, nada mejor que contar con las opiniones de los expertos, figuras reconocidas y que además, dominan a la perfección la materia. Es el caso de las fundadoras de Izba Nature, Mónica Abella y Laura Izquierdo, quienes, a partir de aquí, nos cuentan todo lo que hay que saber sobre la aromaterapia, ¡científica!, y la formulación de sus productos.

UN POCO DE HISTORIA.
La aromaterapia se viene utilizando desde la antigüedad y consiste en extraer aceite por arrastre de vapor de ciertas plantas. Sin embargo, fue un ingeniero químico francés llamado René-Maurice Gateffosé el que inauguró la aromaterapia moderna. Trabajaba desarrollando productos de perfumería y cultivaba lavanda en la Provenza. Un día sufrió un accidente en su laboratorio con graves quemaduras, empezó a tratarlas con aceite esencial de lavanda y consiguió una cicatrización rápida y completa. Gattefossé se dedicó a partir de entonces a estudiar las propiedades antibacterianas de los aceites esenciales y es a él a quien se debe la palabra 'aromaterapia', que utilizó por primera vez en 1937 en su obra Aromaterapia: aceites esenciales, hormonas vegetales.

¿POR QUÉ ES TAN EFICAZ?
El aceite esencial es el extracto vegetal más potente. Es la propia esencia de la planta, y no están presentes en todas ellas, sólo en las llamadas 'aromáticas'. Los aceites esenciales contienen las partes volátiles de las plantas medicinales y aromáticas, y se extraen por arrastre de vapor de agua o hidrodestilación. Se trata de mezclas complejas de constituyentes orgánicos que pueden obtenerse a partir de las flores, semillas, frutos, tallos, resinas, o incluso raíces.
Desde Izba Nature, declaran que no entran aquí "a valorar los aspectos terapéuticos de los aceites esenciales". Eso sí, "consideramos que tanto éstos como los extractos de plantas y algas son muy efectivos en los tratamientos cosméticos y que los aceites vegetales adecuados también tienen por sí mismos muchas propiedades muy interesantes para el cuidado corporal y facial".

LA AROMATERAPIA CIENTÍFICA.
La denominada 'aromaterapia científica' o 'medicina aromática' surge hace tan sólo unos 15 años, a partir de investigaciones de farmacéuticos y biólogos que determinaron la noción de quimiotipo o raza química de los aceites esenciales.

"En Izba Nature elegimos siempre aceites base de muy bajo peso molecular para garantizar una mayor absorción y evitar la sensación de untuosidad en la piel. Además, los escogemos por sus propiedades intrínsecas, es decir, que no sean sólo emolientes. Por ese motivo usamos aceites de sésamo, jojoba, rosa mosqueta, mostaza, macadamia, calabaza, de oliva, etc. Todos y cada uno de ellos tiene propiedades por sí mismo. Por la misma razón no utilizamos aceite de almendras dulce, ya que es de molécula más grande, tiene peor absorción y se oxida más rápidamente que otros aceites. Por otro lado elegimos los aceites esenciales por sus propiedades y por su quimiotipo".

CUESTIÓN DE QUIMIOTIPO.
El quimiotipo de un aceite esencial es la clasificación química, biológica y botánica de la molécula con mayor presencia en el aceite.
Esta clasificación depende de muchos factores que influyen en la composición química, vinculados a las condiciones de vida de la planta de la que ha sido extraído el aceite esencial. Entre éstos se cuentan el clima, la región geográfica, la exposición al sol o a otros vegetales, el periodo de recolección, la parte de la planta de la que se extraiga el aceite...

Este último factor es muy importante y pueden llegar incluso a ser aceites distintos, como ocurre con la naranja amarga: si lo extraemos del pétalo del azahar, será aceite de neroli (unos de los más caros y codiciados por la alta perfumería), mientras que si se extrae de la hoja verde de la flor de azahar será petitgrain (un aceite diferente en aroma y propiedades al neroli y mucho más barato). Esta clasificación ha permitido descubrir que, por ejemplo, en el caso del tomillo (Thymus vulgaris L.) del Mediterráneo occidental hay hasta siete quimiotipos diferentes.

La importancia del quimiotipo radica en que permite definir la actividad terapéutica de un aceite esencial determinado. Por ello, la aromaterapia hoy en día exige conocimientos de botánica y de los elementos químicos constituyentes para un riguroso dominio de las precauciones de uso de los aceites esenciales en cuanto a dosis, posología, modo de empleo y contraindicaciones.

EL LADO SENSORIAL. ASÍ FUNCIONA.
Otro aspecto fundamental de la aromaterapia son sus aromas. Aquí interviene el olfato, considerado como un sistema químico sensorial que convierte las señales químicas en percepción e impulsos eléctricos que llegan al cerebro.

El sentido del olfato, al igual que el sentido del gusto, es un sentido químico, que detecta compuestos químicos en el ambiente, con la diferencia de que el sentido del olfato funciona a distancias mucho más largas que el sentido del gusto. El proceso del olfato sigue estos pasos:

• Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las mucosidades.
• Debajo de las mucosidades, en el epitelio olfatorio, las células receptoras especializadas, también llamadas neuronas receptoras del olfato (y que son capaces de detectar miles de olores diferentes) detectan los olores.
• Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos olfatorios, que se encuentran en la parte de atrás de la nariz.
• Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del cerebro y que envían mensajes directamente a los centros más primitivos del cerebro, donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema límbico) y a centros 'avanzados' donde se modifican los pensamientos conscientes (neocorteza).
• Estos centros cerebrales perciben olores y tienen acceso a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con estas sensaciones olfativas.

Una vez comprobado que el sentido del olfato activa nuestras emociones automáticamente, podemos afirmar que los aceites esenciales son capaces de despertar emociones y sensaciones. Nos pueden relajar, activar, sentir deseo o repulsión. Es por ese motivo que se les adjudican propiedades holísticas, que como ya hemos comentado tienen una razón científica.

ACEITES ESENCIALES Y VEGETALES.
Los aceites esenciales se vehiculizan con aceites vegetales, ya que los aceites esenciales aplicados directamente pueden ocasionar daños en la piel.

Estos aceites vegetales deben ser de primera presión en frío y filtrado sin adición de disolventes y a ser posible ecológicos. Libres de aditivos sintéticos y colorantes. Los aceites vegetales poseen cualidades nutritivas y actúan sinérgicamente con los aceites esenciales. De esta forma conseguimos no sólo una piel nutrida, sino los efectos de los distintos aceites esenciales.

A la hora de elegir un producto de aromaterapia debemos tener en cuenta estos factores:

• El origen de los aceites, tanto del portador (vegetal) como de los esenciales.
• Qué aceite vegetal es el portador. La mayoría de las firmas usan aceite de almendras, pero hay alternativas mucho más interesantes, como el de jojoba, macadamia o sésamo.
• Que los aceites esenciales estén quimiotipados.
• La durabilidad de los ingredientes activos.
• La efectividad de la combinación de los aceites esenciales.