La farmacéutica catalana Almirall registró, hace un par de años, pérdidas de más de 300 millones de euros y una caída en bolsa muy significativa a causa de un un deterioro de un fondo de comercio de su filial Americana Aqua Pharmaceutics.

Sin embargo, en la actualidad, la compañía de los hermanos Gallardo se ha recuperado y ha conseguido en último trimestre un beneficio neto superior a los 60 millones de euros, con más de 469 millones de euros en ventas.
La estrategia que ha seguido la compañía bajo la dirección del belga Peter Guenter, ha demostrado su efectividad, ya que sus acciones se han revalorizado desde entonces más de un 90%, y continúan un ritmo ascendente.

La idea consistió en centrarse nuevamente en el segmento sanitario de la dermatología, concretamente en los medicamentos dermatológicos.

La venta de Thermi, una empresa desarrolladora de tecnología de radiofrecuencia utilizada como alternativa a la cirugía y adquirida en 2016 por Aqua Pharmaceuticals, le supuso a la compañía unos beneficios muy considerables.

En el primer semestre de 2018, la farmacéutica catalana tuvo que hacer frente a una reducción de inventarios, de facturación y a la salida al mercado de una versión genérica de su fármaco Acticlate, para el tratamiento del acné.

También se vieron envueltos en un grave problema judicial y en junio, la compañía llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Fildadelfia pagando 5,9 millones de euros para zanjar un caso abierto en 2017 por una excomercial estadounidense, que denunció mordidas y sobornos a médicos por parte de Aqua Pharmaceuticals.

Y es que determinados empleados del grupo sobornaron con viajes y regalos, entre los años 2012 y 2017 a médicos a cambio de que éstos recomendasen sus productos. También los contrataron para conferencias, consejos asesores y servicios consultivos. La compañía despidió posteriormente a los responsables de este escándalo, pero la cantidad abonada les causó una importante crisis económica.

Sin embargo, parece que económicamente Almirall se ha recuperado ya. Especialmente tras la compra de la licencia europea de lebrikizumab, un tratamiento contra la dermatitis atópica en desarrollo de la estadounidense Dermira por un valor de más de 144 millones de euros, que la compañía espera les reporte unas ventas de más de 450 millones de euros.

Por otra parte, la farmacéutica catalana ha contado con la ayuda del el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que le ha concedido un préstamo por valor de 120 millones de euros para financiar nuevas indicaciones terapéuticas para pacientes con enfermedades de la piel severas.









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